"Del Origen de la Corriente Neoclásica."

Óleo sobre tela Modern Rome, Giovanni Paolo Panini 1757 Metropolitan Museum of Art

El Neoclasicismo, estilo que comenzó en el siglo XVIII y se desarrolló a lo largo del XIX fue particularmente importante en las artes de Francia y del norte de Europa.

El estilo tuvo su origen en la insatisfacción por las tradiciones artísticas del momento que sentían los artistas y los escritores europeos.

Era importante trabajar con formas y colores sencillos evitando toda complicación innecesaria, rechazando los colores brillantes y el movimiento de los estilos anteriores.


"A fines del siglo XVII el propósito del artista neoclásico era reproducir las formas del arte griego y romano tan auténticamente como fuera posible". San Miguel y Martínez-Ortiz (1984).

 

El entusiasmo del siglo XVIII por el pasado apareció en Roma entre 1700 y 1721. El Papa Clemente XI coleccionó  y conservó  antigüedades romanas, así ocurrió con sus sucesores hasta que en 1734 Clemente XII inaugura el primer museo público europeo de antigüedades. A la vez de que comenzaron las excavaciones en Herculano en 1738 y Pompeya 10 años después.

Este interés por restaurar las viejas ruinas y los objetos de arte estimula a los estudiosos de toda Europa a visitar Italia y narrar sus hallazgos en grandes libros y grabados dando origen a varias publicaciones sobre el arte romano.

Entre ellas, la obra del italiano Giovanni Piranesi que en 1748 publica Vedute di Roma muestra las ruinas romanas de una forma tan dramática aumentando la nostalgia.  

Veduta del Tempio de lla Concordia,Version at the Metropolitan Museum of Art, New York.



El escrito neoclásico más influyente apareció en un folleto escrito y publicado por un bibliotecario alemán Johann Winckelmann en su obra titulada al español Reflexiones sobre la imitación de las obras de arte griegas en la pintura y la escultura en el año de 1754, en un intento de interpretar el pasado de acuerdo con la información que se tenía disponible, concibió una visión personal basada en su lectura de La Ilíada y la Odisea de Homero.

Al estudiar la cultura griega afirmaba que era sosegada y suave, vio el culto griego como un modo de expresar el desarrollo de una belleza espiritual interior e invitó al artista a que examinara las grandes obras de aquella era y cambiar su estilo para lograr una expresión igualmente elevada.

Cinco años antes, Rousseau había escrito un ensayo que ganó un premio ante la Academia de Artes y Ciencias, en su trabajo, Discurso sobre las Ciencias y las Artes, había solicitado que se llevara a cabo una serie de drásticas reformas en el arte francés del siglo XVIII, tanto Rousseau como Winckelmann consideraban el ligero contenido del rococó como perjudicial para la sociedad que lo aceptaba.


San Miguel, J. & Martínez-Ortiz, C.1984. Neoclasicismo. En De las Bellas Artes (Tomo X, 1450-1600) México: Cumbre.


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